Se entiende por anhedonia a la «pérdida de interés por la realización de actividades placenteras». En efecto, el paciente con depresión asiste a una paradoja fundamental; aquello que más le gusta es, precisamente, lo que más pronto abandona como actividad. Este hecho puede poner sobre aviso a los seres cercanos, de manera que se convierte, con otros síntomas, en uno de los delatores de la situación.
Aunque puede deberse a otros múltiples factores, la llamada «anhedonia sexual» es una de las variedades más frecuentes y suele tener lugar en la mayoría de las depresiones; bien es verdad que en otras ocasiones lo que sucede es justo lo contrario: un aumento en la tasa sexual e incluso un cambios en los hábitos de esta pulsión en favor de conductas sexualizantes más extravagantes o, al menos, inexploradas.
El abandono de actividades como el coleccionismo, deportes diversos, actividades culturales, etc. puede ponernos el alerta, como decimos ante un posible caso de depresión que será diagnosticada como tal solo si concurren otros síntomas de esta enfermedad.
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