Indefensión aprendida

«Las personas asumen que los acontecimientos que suceden en sus vidas son independientes de sus acciones y por lo tanto no controlables». Es este uno de los postulados más relevantes de Martin Seligman, autor de estudios sobre indefensión aprendida absolutamente vigentes y que explican la depresión desde la perspectiva conductual.

La persona que presenta patrones de indefensión aprendida asume que los acontecimientos que tienen lugar en su vida resultan independientes de sus acciones, por lo que tiende a la aquiescencia, a no procurar obtener el refuerzo que todo ser requiere de su entorno. Este pérdida de control de la actividad en relación a lo que el paciente puede agravar sobremanera la depresión, en cuyo devenir la persona se ve tan solo como un agente pasivo.

Naturalmente que la indefensión aprendida no va a tener lugar en todas las depresiones. Las personas más propensas a esta indefensión son aquellas cuya infancia estuvo presidida por un exceso de autoridad por parte de padres, tutores o educadores.